Promover la inclusión socio educativa es fundamental para hacerse cargo de una realidad que está viviendo nuestro país con la presencia de migrantes procedentes de muchos países y no todos de habla hispana.
La migración, siendo un fenómeno mundial, tiene características únicas e impactos significativos en cada comunidad que logra enriquecerse social y culturalmente. No obstante, este proceso no está exento de dificultades y desafíos, especialmente en materia educativa.
“Hay distintas experiencias de éxito respecto a la incorporación de migrantes en los establecimientos educacionales. Este éxito depende del compromiso hacia la inclusión que tenga toda la comunidad educativa del liceo o colegio, quienes hacen vida el respeto, valoran su cultura sin transgredirla, sino viéndola como una forma positiva de diversidad en las aulas, que nutre la formación no sólo educativa, sino también valórica de cada uno de los estudiantes”, dice Marcia Herrera, Coordinadora del Magíster en Inclusión e Interculturalidad de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad San Sebastián, en la sede Valdivia.
La académica señala que “hay educadores que están interesados en avanzar en materia de inclusión, entendiendo que ésta involucra a todo tipo de diversidad, no necesariamente la atención a estudiantes con necesidades educativas especiales. Ellos asumen que necesitan estrategias, no solo de enseñanza, sino de comprensión global frente al cambio socioeducativo al que se enfrentan los migrantes. Ahí nace el interés por realizar este programa de Magíster que considera la interculturalidad de manera más amplia, no sólo vista desde las etnias de nuestro país, sino de esta incorporación cada vez mayor de las distintas culturas que posee cada extranjero residente en nuestro país.
Por otra parte, en los establecimientos educacionales, no solo hay niños, sino también adultos que quieren regularizar sus estudios, aprender un poco más el idioma y a través de ello obtener un trabajo. Es por ello que en la modalidad adulta por lo general, la matrícula es rotativa, cuando se presentan estas oportunidades laborales para ellos”, agrega.
Ellos asumen que necesitan estrategias, no sólo de enseñanza, sino de comprensión global frente al cambio socioeducativo al que se enfrentan los migrantes.
La docente precisa que así como hay experiencias exitosas, también las hay de fracaso, “esto se debe a que no existe una misma mirada hacia la inclusión de los migrantes en la comunidad educativa y se deja en manos de la profesora de curso solamente el trabajo con ellos, es aquí donde el desconocimiento de cómo abordar la enseñanza y comprensión de su cultura, concluye en considerarlos como estudiantes con dificultades de aprendizaje porque no rinden como los demás, sobre todo aquellos que no manejan totalmente el idioma, y muchos casos terminan derivados de manera errónea al Programa de Integración Escolar”.
Por eso, el Magíster de Interculturalidad e Inclusión Educativa surge como una respuesta a estas necesidades y además “otorga una mirada más macro a la realidad de los migrantes. Por ejemplo, al ver cómo es la educación de los distintos países de dónde provienen, comprendiendo también cómo el currículum nacional se puede adecuar a ellos y sus familias, manteniendo a la vez, el logro de los objetivos de aprendizaje establecidos por el Mineduc”.
Los hijos de los migrantes cuentan con los mismos derechos que los otros estudiantes en un establecimiento educacional.
Migrantes: realidad escolar
Marcia Herrera, señala que en el año 2017 el Ministerio de Educación estableció los Ord. 894 y 329, donde se especifica cuáles son los lineamientos respecto a la incorporación de migrantes en edad escolar a las instituciones educativas del país. “Los niños o niñas migrantes, aunque no tengan todavía la validación de ingreso al país, pueden asistir a la escuela. Obtienen una matrícula provisoria por 90 días, mientras sus padres regularizan su situación y obtienen la cédula de identidad. Lo importante es que los hijos de los migrantes cuentan con los mismos derechos que los otros estudiantes en un establecimiento educacional”, afirma la académica.
De hecho, esto no ha sido impedimento para que, en el período de postulación, “los migrantes puedan elegir los colegios a los que quieren optar y después esperan el resultado de este proceso donde aleatoriamente se determina en qué establecimientos quedaron seleccionados”.
Otra opción que tienen los niños “es que sus padres vayan directamente al Departamento Provincial de Educación, a solicitar un cupo para sus hijos y ahí se hace un proceso de validación de los estudios de los niños en su país de origen para poder ubicarlos dentro de un curso. Nuestro país posee convenios con algunas naciones donde esta convalidación es más expedita. Algunos de ellos son, Bolivia, Colombia, Cuba, Perú, Ecuador, España, Guatemala y México, además de Haití, Francia Alemania y Brasil, entre otros”.