A lo largo de la historia empresarial han surgido innumerables hechos que oscurecen la reputación de las organizaciones y afectan el bienestar de las naciones. Razones por las que surge el concepto de compliance.
Para que entremos en contexto, podemos revisar el caso internacional de HP, una empresa de tecnología estadounidense con operaciones globales muy reconocida. En este caso, la filial de HP en Rusia entregó sobornos y ejecutó acciones indebidas con el propósito de obtener la adjudicación de un proyecto millonario con el gobierno ruso. En consecuencia, en 2014 HP Rusia tuvo que pagar una multa de USD $58.772.250.
Por este tipo de acciones, es importante que las organizaciones de cualquier sector manejen los principios del derecho penal económico y de la empresa.
¿Qué es compliance?
Primero que todo, la palabra compliance proviene del inglés y se traduce literalmente como cumplimiento, haciendo alusión al cumplimiento normativo de las leyes.
En términos sencillos, el compliance corporativo parte de la idea de que una empresa es responsable por los delitos que cometan sus empleados si estos generan beneficios a la compañía. Es decir, si una empresa no hace nada para evitar que el delito ocurra, entonces podemos asumir que lo está respaldando.
Ahora, veamos qué es compliance desde una definición más técnica. Se trata del conjunto de prácticas y procedimientos que adoptamos en una empresa para identificar riesgos operativos y legales que puedan afectarnos, de modo que podamos ejecutar acciones de prevención, gestión, control y reacción.
Lo que sugiere es que no basta con enfocarnos en obtener resultados, sino que también debemos preocuparnos por cómo los estamos obteniendo. El fin no justifica los medios.
Incurrir en acciones indebidas no solo daña la reputación de la empresa, sino que conduce a importantes multas, a pérdidas de contratos comerciales y otro tipo de sanciones. Incluso, podría conllevar a la disolución de la persona jurídica. De ahí la importancia del compliance.
Normativa del compliance en Chile
En Chile, hay dos hechos que han marcado la introducción del compliance en el país. La primera fue la creación de la Unidad de Análisis Financiero a través de la ley 19.913 del año 2003, la cual permite sancionar a empresas por el lavado de activos. La otra, y más importante, es la ley 20.393 (del año 2009), que trata sobre la responsabilidad penal de las personas jurídicas.
¿Cómo se aplica el compliance corporativo?
Primero, hay que entender que no todas las organizaciones tienen los mismos riesgos, por lo que un mismo plan de compliance no funciona para dos empresas. Es necesario generar un conjunto de políticas que indiquen, principalmente a las áreas donde se concentran los riesgos y cómo debe operar el negocio.
Así, las políticas creadas inicialmente con el objetivo de ser más eficientes, vender y demás, también pasan a formar parte integral de las normativas internas de la organización.
En esencia, la creación de un plan compliance requiere generar un mapa de riesgos, definir protocolos, elaborar un código ético, establecer un régimen disciplinario, desarrollar programas de formación, auditorías y seguimiento.
Los profesionales de las ciencias jurídicas interesados en especializarse en compliance pueden hacerlo a través del magíster en Derecho Penal Económico y de la Empresa -impartido por la Universidad San Sebastián (USS)- un programa tiene como objetivo comprender los problemas jurídicos penales relacionados con los delitos económicos, y aplicar soluciones a casos concretos.
De esta forma, los profesionales involucrados en derecho corporativo podrán ampliar sus oportunidades laborales y posicionarse mejor ante las empresas, aumentando su valor en el mercado laboral.