Los niños, niñas y adolescentes son más sensibles a los cambios y por eso es fundamental reconocer precozmente alteraciones de sus conductas y otros trastornos en su salud mental.
Si consideramos que los niños y adolescentes se encuentran en pleno proceso de crecimiento y que aún no han desarrollado del todo estrategias para afrontar el estrés, “la crisis contextual generada por la pandemia de Covid-19 y los estresores intrínsecos a ésta, los hacen particularmente vulnerables a alteraciones en su salud mental”.
Así lo plantea, Soledad Gómez docente de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián, quien cita a Allan Shore, doctor e investigador en neurociencias estadounidense, el cual afirma que “la niñez es un período sensible, en que todas las experiencias impactan significativamente en su estructura cerebral y salud mental”.
Además, señala que la aparición de síntomas como miedo, ansiedad, estrés y tristeza se explica “por las múltiples demandas de adaptación a los cambios, la incertidumbre sostenida en el tiempo y a las vivencias de amenaza a la propia vida y a la de nuestros seres queridos”.
La psicóloga añade que el encierro, la disminución de interacciones sociales y la imposibilidad de hacer otras actividades “se relacionan con la aparición de síntomas depresivos como los sentimientos de soledad, tristeza y/o irritabilidad, desgano y desmotivación. Los duelos son otro factor determinante, más aún si no está la posibilidad de efectuar una despedida. A esto se suman los problemas atencionales y las dificultades de aprendizaje”.
Asimismo, precisa que hay una disminución y pérdida de las redes de contención familiar y de la misma escuela, “que actúa como una red social en la cual confluyen distintos actores y se fomenta la resiliencia ante eventos críticos”, que puedan afectar su salud mental.
Empezando por los padres
Soledad Gómez entrega algunas recomendaciones para enfrentar estos problemas:
- Brindarles apoyo y herramientas a los padres para regular el miedo y la ansiedad de sus hijos.
- Que estén atentos a síntomas como miedos incontrolables, ansiedad de difícil manejo, tristeza intensa o aumento notorio de la irritabilidad.
- Que también consideren las alteraciones del sueño y la alimentación.
- Que consulten a un psicólogo o psiquiatra para tener un diagnóstico.
- Que evalúen una intervención psicológica a distancia o tele psicología en el ámbito de la prevención, acompañamiento y psicoeducación, así como en procesos de psicoterapia como complemento al tratamiento psicológico tradicional o presencial.