Además de los problemas que puede ocasionar en las cuerdas vocales, la intubación para ventilación mecánica, uno de los primeros inconvenientes que se presenta son las dificultades para tragar o deglutir.
Cuando se habla de trastornos de la deglución, disfagia o trastornos de la alimentación oral por una intubación para ventilación mecánica o de una traqueostomía, se alude a la incapacidad para poder comer, beber líquidos e ingerir medicamentos.
Paulo Prieto, académico de la carrera de Fonoaudiología de la Universidad San Sebastián, explica que este tubo colocado a pacientes que están graves por el Covid-19 “atraviesa todas las estructuras que ocupamos habitualmente para hablar y alimentarnos. Por desuso, en la laringe se produce un deterioro de la musculatura orodeglutoria. Se trata de músculos que permiten también el ascenso de la laringe y proteger la vía área para que la comida no se vaya a los pulmones”.
En ese sentido, el coordinador del Diplomado en Neurorehabilitación Fonoaudiológica en Adultos, agrega que “el tubo ejerce una presión, produciendo una especie de efecto palanca y eso provoca roce con las cuerdas vocales y otras estructuras que están en la cavidad y las daña”.
Complicaciones y recuperación
El académico indica que el criterio de la intubación es de 21 días como máximo y “después de eso, si la persona sigue necesitando de ventilación mecánica por dificultades respiratorias se recurre a la traqueostomía. En sí esto no produce un trastorno de la deglución o una disfagia, pero tiene estos efectos mecánicos, fisiológicos y de desuso, afectando la capacidad para alimentarse y tomar líquidos”.
Luego de superar el cuadro principal por Covid-19, “los intensivistas practican una serie de estrategias para poder recuperar a los pacientes, pero la rehabilitación o proceso de recuperación no termina cuando ya han salido del peligro vital”. De hecho, el docente de la USS precisa que existen un montón de complicaciones intrahospitalarias, entre ellas, la neumonía aspirativa, que es la caída de contenido contaminado a las vías respiratorias bajas y eso infecta el pulmón”.
“Nosotros habitualmente tragamos un litro y medio de saliva durante todo el día, hay que imaginarse entonces la situación de una persona que no puede tragar por la intubación y todas estas secreciones pueden pasar al pulmón”, agrega el académico.
Respecto al proceso de rehabilitación, Prieto asegura que los ejercicios para restablecer estas funciones pueden durar 2 o 3 días en pacientes con buen estado de salud. Pero, en otros casos, sobre todo en personas mayores, a veces la recuperación puede demorar un par de semanas e incluso varios meses en situaciones más severas. Es lo mismo que sucede con pacientes con traqueostomía, enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC) o que sufrieron un accidente cerebro vascular o adultos mayores con demencia o trastornos neurocognitivo”.