Como sociedad deberemos considerar que las consecuencias sanitarias de la pandemia nos acompañarán por un periodo prolongado.
Chile lleva cerca de 5 millones de personas vacunadas contra el Covid-19, siendo uno de los países líderes en inmunización. Esto, sin duda, aumenta el optimismo de volver pronto a nuestra vida habitual: reunirnos con seres queridos, retomar actividades laborales y recreativas con seguridad, ver a los niños en el colegio compartiendo con profesores y compañeros, etc. Sin embargo, la pandemia seguirá presente. Deberemos mantener los cuidados y ciertas restricciones por un tiempo y también tendremos que lidiar con sus consecuencias para la salud y la calidad de vida de quienes no se enfermaron de Covid 19.
Diversos estudios realizados en Norteamérica, Asia y Europa han puesto de manifiesto las consecuencias físicas, mentales y en la calidad de vida de niños, jóvenes, adultos y personas con enfermedad crónica debido a las restricciones impuestas por la pandemia. Por ejemplo, la agencia Eurofound aplicó una encuesta en varios países europeos, demostrando detrimentos importantes en el bienestar, la satisfacción con la vida y el optimismo en su población, principalmente en mujeres y jóvenes. En India, un reporte sobre adultos sanos constató la disminución en su calidad de vida, expresada por el aumento en el número de suicidios y en los niveles de ansiedad, así como por el deterioro en la identidad personal y grupal, afectando negativamente las expectativas y la capacidad de afrontamiento de enfermedades y dificultades personales.
Peor lo han pasado los enfermos crónicos, ya que han mostrado tener niveles de salud física y mental inferiores a los de las personas sanas. Así, en un reporte de 11 países asiáticos, aquellos con enfermedades cardiovasculares duplicaron su nivel de ansiedad y depresión y hasta un 38% de ellos empeoraron su calidad de vida. En China, las personas con enfermedad de Parkinson empeoraron sus síntomas en pandemia. Y en Europa, las mujeres con cáncer de mama redujeron el número de controles médicos y deterioraron su salud mental.
Los niños también son un grupo que se debe considerar. Un reporte de académicos norteamericanos notó que empeoraron sus hábitos alimenticios, su nivel de actividad física, sus indicadores de salud mental y sus interacciones sociales, mientras incrementaron el tiempo frente a pantallas, el miedo a enfermar y elevaron tanto sus niveles de obesidad como los factores de riesgo de padecerla.
La pandemia ha significado un tiempo duro para personas, familias y la humanidad por completo. Con la vacunación, vemos una esperanza de pronta salida. Pero como sociedad deberemos considerar que sus consecuencias sanitarias nos acompañarán por un periodo prolongado, no solo a quienes se enfermaron de Covid 19, sino que también a quienes lograron sortearla.
Claudio Carvajal Parodi
Director del Magíster en Kinesiología Musculoesquelética
Universidad San Sebastián