Si la persona trabaja mayormente sentada, como en el teletrabajo, puede llegar a caer en un estado de sedentarismo y junto con ello estar más propenso a diversas enfermedades asociadas.
Las pausas activas en el trabajo tienen como propósito fundamental contribuir a mejorar la salud y posteriormente, llevar a un estado de bienestar a las personas que laboran en una organización. Además, permiten a las organizaciones mejorar su productividad.
Las instituciones grandes -en general- siempre desarrollan estas actividades porque tienen arraigado que una persona sana, no es la única que se beneficia de estas actividades, sino que el clima laboral se ve favorecido, disminuye el ausentismo laboral, aumenta la producción y en definitiva, todos quienes componen esa organización se ven beneficiados.
En ese sentido, y más allá de estar trabajando en la oficina o en casa, las pausas activas, son necesarias en cada jornada. Según explica Juan Pablo Pérez, Magíster en Actividad Física y Deportiva de la Universidad San Sebastián, “es ideal si esta actividad es dirigida por un profesional del área que tenga objetivos en mente, sean medibles y cuantificables. En general se desarrollan actividades de entre 10 a 15 minutos en las organizaciones, antes, durante o después de la actividad laboral y con diversos fines dependiendo de las labores que desempeñe la persona”.
Puntualiza que, si la persona desarrolla labores físicas, “es ideal si esta actividad se desarrolla antes como medio de preparación, previniendo lesiones y motivando el inicio de sus actividades. Si la persona trabaja mayormente sentada (como en el teletrabajo), esta posición sedente constante los llevará a caer en un estado de sedentarismo y junto con ello estar más propenso a diversas enfermedades asociadas. Entonces, las personas deben poder realizar acciones para cambiar esa posición ¿Es necesario trabajar sentado? Si es así, la idea es que las personas puedan organizar sus tiempos, por ejemplo, cada una hora o cada media hora destinar minutos para activar su cuerpo, caminar, elongar, realizar un esfuerzo físico global entre otras acciones que involucren movimiento”.
Pérez entrega algunos tips para las pausas activas.
- Dolencias físicas o enfermedades: consultar a un especialista para realizar chequeo preventivo y saber si estoy apto para realizar diversas actividades físicas.
- Mantente en movimiento: Si no puedes trabajar en base a esta premisa, organiza tu trabajo para destinar tiempo establecido por cada hora o cada media hora de trabajo
- De lo simple a lo complejo: En la búsqueda del autoconocimiento ve cosas que puedes hacer y desde ahí dificultar las acciones físicas, principio de progresión muy aplicado en el entrenamiento.
- De a dos es más fácil: Si estás en tu casa con más personas, júntate con ellas/os a realizar estas pausas. Trae mayor motivación y beneficios el compartir estas actividades con otros.
- Haz lo que te guste: Es más fácil desarrollar un hábito cuando algo te mueve, te gusta y llama tu atención. Involúcrate en actividades físicas según lo que necesites (actividades de relajación, actividades de esfuerzo físico según condición física inicial, actividades lúdicas).