Producto de la pandemia, las empresas se vieron obligadas a implementar medidas de trabajo a distancia para seguir funcionando, evitando paralizaciones y mermas en sus ingresos, las que finalmente se traducen en desvinculaciones. Así, el teletrabajo ha sido la solución para mantener el funcionamiento.
En el periodo de conflicto social, muchas organizaciones se vieron obligadas a cerrar sus puertas a la atención de público y buscar alternativas para que sus colaboradores realizaran sus funciones de forma segura, desarrollándose un incipiente formato de teletrabajo. El año que recién terminó, este formato se volvió una necesidad para un porcentaje importante de organizaciones en Chile y el mundo, generando un cambio de paradigma en cuanto a los tiempos de respuesta, confianza en los equipos de trabajo y garantía de atención a los clientes.
El teletrabajo requiere autodisciplina por parte de los trabajadores, elementos tecnológicos, por ejemplo, equipos para trasladar a los hogares, así como plataformas institucionales y conectividad para mantenerse “en línea”.
El último Boletín Complementario de Remuneraciones y Costo de la Mano de Obra, emitido por el INE en la primera quincena de enero, muestra interesantes cifras respecto al comportamiento de las cifras de trabajadores que han realizado suspensión de contrato bajo el amparo de la Ley de Protección al Empleo, así como los trabajadores que actualmente están desarrollando su actividad en formato de trabajo a distancia o teletrabajo.
Este instrumento fue elaborado a partir de las respuestas de aproximadamente 1400 empresas que respondieron el módulo Covid-19, formulario adicional a las preguntas de la Encuesta de Remuneraciones, para los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre de 2020.
Dentro de la caracterización de trabajadores que mayoritariamente tuvieron que realizar suspensión de contrato, se encuentran los “vendedores”.
Áreas más afectadas
Respecto a las suspensiones temporales de trabajo, ya sea por acción de la autoridad o por acuerdo de las partes (individual o colectivo), en ambos casos el porcentaje de empresas que han debido suspender actividades ha ido disminuyendo progresivamente en los meses analizados, desde agosto hasta noviembre. Las cifras indican que, en agosto de 2020, un 39,9% de las empresas consultadas se vieron afectadas por algún tipo de suspensión, mientras que en noviembre esta cifra disminuyó a un 22,3%. Esto puede deberse a que durante esos meses comenzaron a liberarse algunas de las restricciones al desplazamiento en varias de las regiones del país, permitiendo que muchas empresas comenzaran a reabrir sus puertas y retomar sus actividades presenciales.
Dentro de la caracterización de trabajadores que mayoritariamente tuvieron que realizar suspensión de contrato, se encuentran los “vendedores”, con un 27,1% en agosto y un 3,8% en noviembre, del total de trabajadores suspendidos; o el subgrupo de “trabajadores de servicios personales y de seguridad” con un 25,3% en agosto y un 12,2% en noviembre del mismo total. Esto guarda relación con el tipo de función que realizan, que en muchos casos no puede efectuarse con formato de trabajo a distancia.
Medidas restrictivas
Tal como señala el Boletín aludido anteriormente, el formato de teletrabajo no es algo nuevo, pero es una modalidad que se consolidó cuando, en la necesidad de controlar la Covid-19, se comenzaron a establecer medidas restrictivas en cuanto al funcionamiento de ciertas empresas e instituciones y se pidió que las personas pudieran quedarse en sus casas.
Tal como ocurrió con las cifras de suspensión de empleo, el número de empresas que se tuvo que adherir al formato de teletrabajo, también ha disminuido de agosto a noviembre. Del total de empresas encuestadas, un 34,2% declaraba tener algún tipo de trabajo remoto en agosto, cifra que disminuyó a un 22,7% en noviembre. Si esto se analiza desde el punto de vista de los trabajadores, en agosto un 28,5% desarrollaba sus funciones mediante teletrabajo, mientras que la cifra disminuyó a un 20,8% en noviembre. Esto es, uno de cada cinco trabajadores realiza sus actividades laborales desde el hogar o un lugar distinto al habitual.
La extensión de esta pandemia es un dato que ninguna autoridad, ni directivo de las organizaciones, podría calcular ciertamente.
Esta disminución en la tendencia podría sufrir un quiebre cuando se comiencen a analizar las cifras desde enero de 2021, fecha en que muchas comunas del país han retrocedido a cuarentena en el plan Paso a Paso, lo que obligará a que las empresas retomen este formato.
Los sectores que más han utilizado el teletrabajo han sido “Enseñanza”, “Información y Comunicaciones”, “Suministro de Electricidad y Gas” y organizaciones de “Administración Pública”. Las empresas de estos sectores han implementado un formato de teletrabajo en un porcentaje del 65% o más. Esto es, dos de cada tres empresas de estos sectores optaron por la gestión de sus colaboradores a distancia.
Al realizar la caracterización por tipo de empresa, los datos de noviembre indican que sólo un 19% de las pequeñas empresas han podido adherirse al sistema de teletrabajo, un 43% de las empresas medianas y un 61% de las grandes empresas. El hecho de contar con tecnología suficiente para trabajar con este formato puede ser una de las razones de observar estas diferencias en los porcentajes de adhesión al sistema.
Perspectivas
La extensión de esta pandemia es un dato que ninguna autoridad, ni directivo de las organizaciones, podría calcular ciertamente. Las empresas se vieron obligadas a buscar medidas de trabajo a distancia para seguir funcionando, evitando paralizaciones y mermas en sus ingresos, las que finalmente se traducen en desvinculaciones.
Por ello, el teletrabajo ha sido la solución para mantener el funcionamiento, y es una medida que muchas empresas seguramente evaluarán mantener, al menos por algunos meses, mientras la población no cuente con la vacuna contra Covid-19, que permitiría algo más de seguridad para el retorno a la presencialidad.
Karin Bravo Fray
Directora de Postgrados
Universidad San Sebastián, sede Concepción
Vea la columna en Diario Concepción