Lo importante no es el espacio del día, sino que la actividad física o ejercicio constituya un hábito en las personas para tener una vida saludable.
En períodos complejos como el gatillado por la pandemia por Covid-19, el ejercicio o la actividad física surge como un momento de distención, relajo o desahogo, frente a largos períodos de confinamiento e inactividad. Incluso, aunque se haya mantenido una rutina de ejercicio en casa, no es lo mismo que poder salir al aire libre.
Sin embargo, para hacer actividad física no hay un momento óptimo en el día. Sí es indispensable dedicar un tiempo diario para mantener una buena salud física y mental.
Patricio Arroyo, director de Escuela y carrera de Pedagogía en Educación Física de la Universidad San Sebastián dice que la literatura no es clara respecto a un horario específico para hacer ejercicio. “Lo que sí dice es que hacer ejercicio en la mañana es mucho mejor, porque se ha pasado por un momento de descanso importante. Por lo tanto, después de la actividad física las personas tienen más energía para el resto del día”
No obstante, también señala que hay estudios que avalan que “la mayor cantidad de infartos producto de la actividad física ocurren en la mañana, debido a este cambio más abrupto de estar en reposo toda la noche y luego realizar ejercicio de repente. En ese sentido, el corazón podría tener problemas de adaptación a este cambio. Por eso se recomienda que el ejercicio esté dentro de la rutina normal o hábito de vida, si alguien va a realizar actividad física después de levantarse en la mañana”.
Asimismo, el director del Diplomado en Reintegro Deportivo considera importante consignar que “existe un reflejo de anticipación y al momento de pensar que realizaré ejercicio, aumenta la frecuencia cardiaca. Por ejemplo, el solo subirse a una bicicleta estática o estar de pie en un treadmill (trotadora) aumenta la frecuencia, ya que tu cuerpo sabe que harás ejercicio y eso es más rápido en personas entrenadas, por lo que si uno esta entrenado disminuye la posibilidad de infarto”.
Ejercicio vespertino o nocturno
Por otro lado, el hacer ejercicio durante la tarde puede ser beneficioso, pero también genera dificultades o problemas.
“Después del trabajo y de una larga jornada, estás más cansado, por lo tanto, el rendimiento no es el mismo y eso genera más posibilidades de lesionarse. Pero, en realidad, hay personas que les gusta entrenar en la tarde o en la noche y dependiendo del ejercicio se podría o no afectar el sueño posterior”, afirma el académico USS.
En otras palabras, lo relevante no es el momento del día o cuál es el mejor horario, sino que el tiempo dedicado y que el ejercicio forme parte de la vida de las personas para mantener una condición saludable. La actividad física debe estar en la agenda diaria y ser algo habitual y no esporádico.