Si bien la situación económica hará que muchas familias tengan una Navidad austera, aquellos que puedan comprar obsequios, lo ideal es que lo hagan con antelación para evitar las habituales aglomeraciones de fin de año. Lo analiza la académica Karin Bravo Fray, Directora de Postgrados USS Concepción.
Si a comienzos de este año nos hubieran pedido proyectar los efectos económicos que nos traería la pandemia, seguramente muy pocos habrían visualizado la crisis que este virus generó en cada uno de los rincones del país y del mundo. Y es que no sólo se trata de un tema sanitario, sino que tuvimos que entender que las restricciones a la movilidad de la población generan un impacto económico de proporciones difíciles de dimensionar.
Ya llevamos ocho meses con una actividad económica restringida, en que los distintos sectores han tenido que apelar a su ingenio y capacidad de reacción oportuna para subsistir operando a media máquina tantos meses.
Sin duda, las cifras más duras se produjeron en el segundo trimestre, con un IMACEC de -15,3% en mayo, y -14,1% en junio, y si bien estos últimos meses han mejorado, siguen siendo negativas, alcanzando en septiembre un -5,3%.
Situación similar ocurre con los datos de desempleo, que también durante el segundo trimestre tuvieron su tasa más alta, de 11% en el trimestre móvil mayo-julio en la Región del Biobío, bajando a un 10,2% en el trimestre móvil julio-septiembre de este año.
La extensión de la cuarentena total, en comunas como Coronel o Lota, o parcial, en varias del Gran Concepción, comienza a impacientar al comercio, considerando la proximidad de diciembre, que se caracteriza por ser un mes de altísimo consumo, en el que muchas de las empresas y comerciantes de la zona tienen puestas sus esperanzas para revertir las malas cifras del 2020. Así también la inminente llegada del periodo estival hace que los empresarios del sector turismo soliciten la evaluación de funcionamiento bajo criterios menos restrictivos para poder operar en los meses que le dejan sus mejores resultados económicos.
A los nativos digitales, que además tienen acceso a pagar con medios digitales y valoran la seguridad y tiempo dedicado a las compras, consumir por internet les resulta amigable y eficiente.
Ventas online
Aunque las ventas online experimentaron un alza significativa en nuestro país, por causa de la pandemia, existen muchas empresas que requieren la presencialidad para poder seguir operando.
Y no sólo se trata del tipo de producto o servicio que se venda, sino también del tipo de consumidor existente. A los nativos digitales, que además tienen acceso a pagar con medios digitales y valoran la seguridad y tiempo dedicado a las compras, consumir por Internet les resulta amigable y eficiente.
Sin embargo, otra parte de la población no tiene acceso a pagos mediante sistemas de tarjetas de débito ni transferencias, ni tampoco le resulta cercano el “vitrineo” online, lo que dificulta que pueda concretar las compras por este medio. Para este tipo de consumidores, es necesaria la existencia de establecimientos que mantengan la atención física, que según las restricciones actuales del plan Paso a Paso, está permitido ahora sólo en días hábiles, salvo que se trate de un establecimiento esencial, en el Biobío.
Por lo mismo, y pensando en el periodo de compras navideñas, es que el Ministerio de Economía, mediante una resolución sanitaria, aumentó a inicios de este mes el aforo máximo en los locales de atención al público, para aquellas comunas que estén en fase 4 y 5 (algo lejano aún para nuestra realidad local), pasando de 1 persona por cada 10m2 a 1 persona por cada 5m2.
Por otro lado, existe actualmente una tendencia que permite agendar las horas de atención, ya no sólo para ingresar a malls o supermercados, sino también en tiendas, lo que permite minimizar la exposición a contagio haciendo filas innecesarias.
Buscar horarios de menor concurrencia, junto con privilegiar las compras por internet, considerando la demora en los despachos, son acciones que los consumidores pueden comenzar a realizar desde ya.
Medidas domésticas
Si bien todos los años, las distintas autoridades económicas estimulan a los consumidores a organizar con tiempo sus compras navideñas, este año el llamado resulta imperativo y apuesta a la responsabilidad que tenemos como consumidores de no exponernos innecesariamente ante aglomeraciones y filas en el comercio.
Buscar horarios de menor concurrencia, junto con privilegiar las compras por internet, considerando la demora en los despachos, son acciones que los consumidores pueden comenzar a realizar desde ya. No se debe olvidar que la logística para la entrega de los productos es un complemento muy importante para cumplir con la satisfacción y requerimientos de los consumidores y, sobre todo, que lleguen en las fechas esperadas.
Cifras del INE indican que el aumento en el envío de paquetes y encomiendas durante septiembre, tuvo una variación del 238% respecto al mismo mes del año 2019. Esto hace que el servicio pueda volverse más demoroso si las empresas de logística no realizan una inversión para enfrentar esa demanda.
A tomar los resguardos, entonces, pues aún estamos a tiempo para enfrentar las compras en esta “pandémica” Navidad.
Karin Bravo Fray
Directora de Postgrados Sede Concepción
Universidad San Sebastián