El psicólogo Pablo Mardones medita sobre las dificultades que han enfrentado trabajadores y organizaciones, pero señala las oportunidades de aprendizaje y resiliencia que nos presenta esta pandemia.
“Las crisis forman parte de la vida de las personas”, destaca el coordinador.
Este 1 de mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, que nos recuerda los derechos y seguridades vinculados a cualquier actividad laboral, pero además genera un espacio para revisar el estado actual de los trabajos en el país y el mundo.
Pablo Mardones, miembro del Comité Académico del Magíster en Gestión de Recursos Humanos USS, nos invita a reflexionar sobre cómo el área laboral se ha visto afectada por el COVID-19.
“Las necesidades laborales se han intensificado en ciertas industrias más afectadas. En algunos rubros como la salud, los trabajadores no sólo deben cuidar a los pacientes, también corren un mayor riesgo de infectarse en sus lugares de trabajo”, explica el docente.
En este contexto, el docente señala que gestionar eficazmente la salud mental de los trabajadores se vuelve relevante para las organizaciones, permitiendo desarrollas recursos labores para hacer frente a las demandas emergentes.
Sin embargo, Pablo Mardones también señala los aprendizajes y fortalezas que pueden nacer de esta pandemia. “Las crisis forman parte de la vida de las personas, y la disposición para afrontarla con optimismo permitirá transformarla en una oportunidad”, señala.
“En el mismo sentido, la forma en cómo las organizaciones gestionen las demandas y los recursos laborales en esta crisis, será también una oportunidad para construir organizaciones resilientes, preocupadas por la salud de sus trabajadores, permitiéndoles adaptarse y reducir los riesgos psicosociales, construyendo prácticas organizacionales para gestionar proactivamente entornos inciertos y cambiantes”.