El día del profesor es una fecha que se celebra anualmente en diversas partes del mundo con el propósito de reconocer la invaluable labor que realizan los docentes en la formación integral de personas y en el desarrollo de las sociedades. En nuestro país, lo hacemos el 16 de octubre en concordancia con la fundación del Colegio de Profesores.
El rol del profesor no sólo se despliega en el ámbito académico, sino que se extiende en la trasmisión de valores, la promoción de la cultura y la formación ciudadana de los niños y jóvenes, protagonistas del futuro. En este contexto, reflexionar sobre el rol del profesor implica adentrarse en una de las misiones más nobles y complejas de cualquier comunidad: educar.
En primer lugar, es fundamental destacar que los profesores son los principales mediadores del conocimiento. A través de su trabajo, no solo imparten contenidos curriculares, sino que también desarrollan en los estudiantes habilidades críticas, cognitivas y emocionales necesarias para enfrentarse al mundo. Esta mediación no es un proceso mecánico, al contrario, es uno que requiere de un profundo entendimiento del contexto, las necesidades y las potencialidades de cada individuo. Los docentes, por tanto, no se limitan a ser transmisores de información, sino que actúan como guías en el proceso de aprendizaje, fomentando el pensamiento crítico y autónomo en sus estudiantes. Parafraseando a la gran educadora chilena Amanda Labarca, educar es socializar y potenciar las capacidades de cada persona.
Además de su rol académico, los profesores desempeñan una función crucial en la formación ciudadana. En las aulas, no solo se enseñan matemáticas, lenguaje, historia o ciencias, además, se construyen los cimientos de la convivencia democrática y del respeto a la diversidad. Los docentes son los encargados de promover los valores éticos y morales que permiten a los jóvenes integrarse de manera consciente y activa en la sociedad. A través de la enseñanza de la historia, por ejemplo, no sólo se enseña el pasado para comprender el presente y proyectar el futuro, también se promueve la importancia de los derechos humanos, la justicia social y la responsabilidad y los deberes cívicos. De esta manera, el aula se convierte en un espacio de reflexión crítica sobre el devenir histórico y los desafíos actuales de la humanidad.
En un mundo cada vez más globalizado y tecnológicamente avanzado, los docentes contribuyen a conservar la cultura, mantener vivas las tradiciones, las lenguas y los saberes locales, al mismo tiempo que integran las innovaciones y los conocimientos que surgen a nivel mundial. Esta labor es fundamental para que los jóvenes adquieran una identidad cultural sólida, comprendan su lugar en el mundo y puedan relacionarse con otros de manera respetuosa y empática. La educación, en este sentido, no es solo una herramienta de formación académica, sino también de preservación y enriquecimiento cultural.
En conclusión, el Día del Profesor no solo conmemora la labor cotidiana de quienes enseñan, sino que también invita a la sociedad a reflexionar sobre la importancia del rol docente en la construcción de un futuro mejor. Los profesores son, sin duda, los arquitectos de las sociedades del mañana, ya que tienen en sus manos la tarea de formar a los ciudadanos críticos, responsables y conscientes de los desafíos que enfrenta el mundo. Celebrar esta fecha es, por tanto, una forma de agradecer y reconocer la entrega y dedicación de aquellos que, día a día, construyen conocimiento, cultura y ciudadanía en las aulas.
Dra. Mabel Cantuarias P.
Directora de Postgrado e Investigación
Directora de Escuela y Carrera de Pedagogía de Educación Media en Historia y Geografía
Facultad de Educación