Por: Rodrigo Flores Guerrero Doctor en Psicología Organizacional y Director del Magíster en Gestión de Personas y Efectividad Organizacional de la Universidad San Sebastián
Invertir en la felicidad organizacional es una estrategia inteligente y ética que beneficia tanto a los empleados como a las empresas. Visualicemos un lugar donde trabajar no solo sea una obligación, sino una fuente de alegría y satisfacción personal. Esto no es solo un sueño; es el corazón de lo que llamamos felicidad organizacional.
La felicidad organizacional se refiere a la medida en que los miembros de una organización experimentan sentimientos positivos y satisfacción dentro de su entorno de trabajo. Va más allá de simplemente no estar insatisfecho (a) en el trabajo. Se trata de crear un espacio donde cada día los empleados sientan que su bienestar emocional, su impulso para crecer y su compromiso con lo que hacen son prioridades.
En lugar de solo ofrecer un par de días libres extra o una mesa de ping-pong, se trata de tejer una filosofía de cuidado en el que los empleados puedan prosperar y sentirse satisfechos con su contribución y crecimiento.
Ahora, imaginemos que esta cultura no solo eleva el espíritu de las personas sino que también catapulta a la empresa hacia el éxito. Un estudio de la Universidad de Warwick en 2015 titulado Happiness and Productivity: Understanding the Happy-Productive Worker, lo puso en claro. Los investigadores Andrew Oswald, Eugenio Proto y Daniel Sgroi descubrieron que la felicidad hace a las personas aproximadamente un 12% más productivas en sus empresas. Este descubrimiento destapa una verdad revolucionaria: Los empleados felices no solo están más satisfechos con sus vidas, sino que también trabajan de manera más eficiente y efectiva. Las compañías que invierten en estrategias para mejorar la satisfacción y el bienestar de sus empleados pueden esperar ver mejoras significativas en su rendimiento.
Esto se debe a varios factores, como el aumento de la creatividad, mejor colaboración entre colegas, reducción del estrés y menor ausentismo. En un mercado laboral competitivo, las empresas que son conocidas por sus prácticas positivas de gestión y su cultura de trabajo inclusiva y de apoyo tienen una ventaja significativa. Estas empresas atraen a los mejores talentos, que buscan entornos de trabajo que promuevan su bienestar y desarrollo profesional. Otro aspecto importante es la mejora de la imagen de la empresa. Las organizaciones que son vistas como lugares deseables para trabajar mejoran su reputación no solo entre los posibles empleados sino también en el mercado en general.
Esto puede traducirse en ventajas competitivas, atrayendo clientes y socios que valoran positivamente las prácticas éticas y sostenibles. Entonces, ¿cómo se ve esto en acción? Echemos un vistazo a Google, el gigante tecnológico conocido por sus vibrantes oficinas y cultura empresarial en California.
Google ha llevado la felicidad organizacional a nuevos niveles, con espacios que inspiran creatividad y colaboración, ofreciendo diversas áreas para el descanso, juegos y socialización, lo cual fomenta un ambiente de trabajo más relajado y productivo.
Entrega una amplia gama de beneficios a sus empleados, que hacen la vida diaria más cómoda y flexible, incluyendo opciones de teletrabajo y horarios ajustables, reconociendo la importancia del equilibrio entre la vida laboral y personal. Junto a ello, se fomenta un enfoque genuino en el crecimiento personal y profesional de cada empleado a través de programas de capacitación, tutorías y oportunidades de aprendizaje continuo. Se fomenta una cultura de transparencia, donde se alienta a los empleados a compartir ideas y feedback.
Pero lo más importante, Google ha mostrado al mundo que cuidar genuinamente del bienestar de los empleados es la clave no solo para retener talentos sino para atraer a los mejores, fortaleciendo su imagen y estableciendo una marca deseable para trabajar. Google ha demostrado que invertir en la felicidad y satisfacción de los empleados conduce a una mayor innovación, productividad y éxito empresarial.
Las prácticas de Google en la gestión de la felicidad organizacional sirven como un modelo para otras empresas que buscan mejorar su ambiente de trabajo y la satisfacción de sus empleados aumentando su productividad. En conclusión, invertir en la felicidad organizacional es una estrategia inteligente y ética que beneficia tanto a los empleados como a las empresas. Al crear un ambiente de trabajo positivo y de apoyo, las organizaciones no solo mejoran su desempeño y competitividad sino que también contribuyen a una sociedad más saludable y equitativa.
La felicidad organizacional, por lo tanto, no debería ser vista como un lujo o un complemento, sino como un componente esencial de la estrategia de gestión de cualquier empresa que aspire al éxito sostenible.
Fuente: El Mostrador