La directora del Magíster en Inclusión e Interculturalidad Educativa de la Universidad San Sebastián, Mariana Oyarzún, ahonda en su columna en la importancia de preparar a nuestros docentes para enfrentar la multiculturalidad en los establecimientos de educación.
El fenómeno migratorio a nivel mundial y local no ha sido menor, y esto no nos puede dejar indiferentes en cuanto a los cambios que debemos enfrentar para brindarles mejores oportunidades a las familias extranjeras que nos eligieron como destino. De acuerdo con lo indicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Departamento de Ext
ranjería y Migración, en diciembre de 2020 alcanzamos un 7,5% de migrantes en nuestro territorio, que vienen principalmente de países como Venezuela, Perú y Haití, entre otros.
Considerando aquello, debemos tener a la vista que el rango etario de la población migrada corresponde a niños, niñas, adolescentes y adultos jóvenes, lo que conlleva una gran responsabilidad al darle el acceso a nuestro país, ya que también debemos garantizar las condiciones para que puedan desenvolverse y desempeñarse como cualquier compatriota.
Las actuales discusiones en torno a temas como inclusión, multiculturalidad e interculturalidad son parte fundamental de los intercambios de conocimiento en la sociedad y del quehacer en el ámbito educativo. Estos debates están implicados en las políticas públicas del país y, por ende, en la práctica pedagógica de diversos contextos socioeducativos.
El Foro Mundial sobre la Educación del año 2015 plantea que la inclusión es un concepto amplio que abarca “todas las formas de exclusión y marginación, las disparidades y las desigualdades en el acceso, la participación y los resultados de aprendizaje”, lo que demuestra que es necesario comprender, desde perspectivas educacionales actualizadas, las problemáticas socioculturales que se debaten.
Educación y docencia
La Educación es un derecho que todo niño, niña y adolescente debe recibir sin discriminación alguna y esto nunca se puede perder de vista, más aún en la sociedad actual, donde nos enfrentamos a nuevos escenarios socioeducativos, producto del fenómeno migratorio. Esto lleva consigo la diversidad de culturas que tenemos en nuestras aulas y cómo debemos llevar a cabo las prácticas pedagógicas. Esto no es menor, ya que todos los que componen una comunidad educativa deben hacerse cargo con el respeto y responsabilidad que esto conlleva, educar a una persona en independencia de su lugar de origen.
Dentro y fuera del aula, todos somos seres humanos con derecho a recibir una educación de calidad y aquí claramente nuestros profesores son los actores principales que deben adecuar e implementar las mejores estrategias para que se lleve un proceso de enseñanza-aprendizaje óptimo. Debemos partir sobre la base de conocer a cada uno de los estudiantes, en cuanto a su historia de vida y cultura, algo primordial para poder llevar a cabo su práctica pedagógica como corresponde.