Cada vez más usuarios requieren de una órtesis para la rehabilitación de lesiones articulares, por lo que se hace necesario innovar en la personalización de estos dispositivos, con la ayuda de la tecnología 3D.
Cada vez más personas sufren de diferentes condiciones de salud que requieren de la prescripción, diseño y confección de órtesis que permitan dar respuesta a las necesidades ocupacionales de niños, jóvenes y adultos, poniendo énfasis en la innovación y el uso de materiales más sostenibles, con ayuda de impresoras 3D.
“Una órtesis es un dispositivo externo a la persona, que tiene como finalidad acompañar el proceso de recuperación. Usuarios con lesiones de origen neurológico, traumatológico y reumatológico, entre otros, puedan acceder a ella, previa evaluación por parte de un terapeuta ocupacional”, explica Alex Ríos, director del diplomado de Nuevas Prácticas en Ortótica de la Universidad San Sebastián.
“Se busca que cada dispositivo de asistencia pueda responder a las necesidades específicas de un usuario en particular, considerando parámetros de bienestar y confort por sobre todo. Disminuir el dolor, alineación de segmentos corporales, facilitando a la función”, indica Ríos.
En ese contexto, en el diplomado se busca acompañar el proceso de razonamiento clínico que permita centrar la propuesta de solución ortésica en la necesidad de la persona, considerando su información clínica, su necesidad ocupacional y teniendo en cuenta la evolución de su cuadro clínico. “Es ahí la importancia de trabajar en órtesis más personalizadas, utilizando la innovación como herramienta de beneficio”, dice el académico.
Nuevos materiales
Actualmente se está innovando con nuevos materiales, más allá del termoplástico de baja temperatura, que es el más convencional. Dentro de los materiales que se están utilizando para la creación de órtesis y/o adaptaciones se destaca el PLA en impresión 3D. “Para su elaboración, se trabaja con programas computacionales especializados que permiten el ingreso de dimensiones del segmento de cada usuario, como el ancho del brazo, la altura, la profundidad, etc”, comenta.
En Chile existen algunas empresas que trabajan en inclusión y que incorporan la ortótica 3D. Sin embargo, la frecuencia en el acceso y utilización de esta tecnología no está 100% instaurado. “Esta realidad nos llevó a considerar la adquisición de la impresora, pues los colegas que cursan el diplomado se motivan y promueven la implementación de este recurso en sus respectivos espacios laborales, lo que a fin de cuentas sólo beneficia a los usuarios”, detalla Ríos.
Ríos destaca que desde el laboratorio de ortótica USS se trabaja junto a usuarios reales de TEOC área-física del Centro de Salud USS y otros centros asistenciales de la región. Los estudiantes del diplomado de Nuevas Prácticas en Ortótica analizan los casos para diseñar y desarrollar las soluciones ortésicas más adecuadas a cada persona, con el fin de entregarles una propuesta de solución que responda a sus necesidades personalizadas, considerando diferentes materiales, su uso y la estética.