Este segundo retiro se convierte en una fuente de ingresos para personas que no están pasando por problemas financieros a causa de la pandemia.
La aprobación por parte de la Cámara de Diputados del segundo retiro del 10%, si bien deja a una parte importante de la población satisfecha, pues tendrá acceso a recursos financieros importantes nuevamente, genera incertidumbre y dudas a mediano y largo plazo sobre la estabilidad del sistema previsional.
Lo que en su momento se presentó como un retiro “excepcional”, resulta que tiene una segunda versión en menos de cuatro meses, con condiciones bastantes similares al primer retiro, dado que el único cambio observado hasta el momento es el retiro en una sola cuota. Estamos a la espera de conocer la respuesta del Senado, respecto a las indicaciones al proyecto, donde destaca lo relacionado con el impuesto que se aplicaría a personas con rentas más altas que decidan hacer el retiro.
Si esta segunda iniciativa mantiene las condiciones del primer retiro, genera condiciones bastante ventajosas para personas con rentas altas, que podrían mantener los recursos, por ejemplo, en la cuenta 2 o sencillamente destinarlos a consumo. Y es que esos fondos están libres de impuestos a todo nivel y así claramente este segundo retiro se convierte en una fuente de ingresos para personas que no están pasando por problemas financieros a causa de la pandemia. Desde el punto de vista de la equidad, entonces, ¿es justo este retiro libre de impuestos para todos?
Como planteaba, este proyecto deja muchas incertezas, además del cuestionamiento tributario recién mencionado. ¿Podrán existir nuevas justificaciones para realizar retiros, por ejemplo, de carácter personal, como puede ser una enfermedad terminal o desempleo, o solo son justificables los retiros cuando existen perjuicios en los ingresos de carácter general en la economía? ¿Qué ocurrirá con los casi 4 millones de personas que quedarán sin fondos previsionales para su vejez?
El segundo retiro está próximo a convertirse en un hecho y cada uno de los cotizantes deberá decidir si hace uso o no de ese derecho. Sin embargo, la situación requiere que las autoridades retomen ya las conversaciones sobre las mejoras al sistema de pensiones, considerando el escenario ahora real de que el sistema tuvo una importante fuga de recursos y que un porcentaje importante de chilenos se queda sin recursos para su vejez.
Karin Bravo Fray
Directora de Postgrados
Universidad San Sebastián