En medio de una crisis, cada decisión debe ser tomada en el momento y la manera adecuada. ¿Cómo funciona la logística en pleno confinamiento por Covid-19? Experto USS lo analiza.
Mucho se habla de logística, pero pocos entienden su vital relevancia. Más aún en medio de la crisis sanitaria que hoy afecta al mundo y que ha puesto en jaque a diversos sectores productivos del país.
“La logística es realmente importante para la correcta gestión de una crisis o los efectos posteriores a ella”, explica Jaime Miranda, director del Magíster en Dirección de Operaciones, Logística y Distribución de la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la Universidad San Sebastián. “El orden, la estructura y la planificación de las tareas permiten generar una menor incertidumbre en las personas, que también han debido ajustarse al actual escenario, siendo clave la organización de los tiempos y el correcto uso de los permisos otorgados por la autoridad“, apunta.
“Cuando ocurre una crisis, todos los elementos de la cadena de suministros sufren, desde el productor al cliente final”, agrega el docente. “Por lo tanto, lo principal es evitar el desabastecimiento, planificando las compras semanales o mensuales, priorizando adquisiciones por Internet, por ser más seguras, disminuyendo la probabilidad de contagio; que el e-commerce sea la primera opción”, añade.
Esto -a juicio de Miranda- disminuirá el traslado de personas en sectores de riesgo. “Se puede esperar que el entorno dinámico de la crisis sanitaria genere necesidades logísticas, la planificación de las compras en los hogares, es tanto necesaria como práctica”. Y recalca: “no puede ser un medio recreativo el salir de compras”.
¿Lección aprendida?
El académico USS advierte que, en términos de logística y distribución, la respuesta a nivel país, regional y local ha sido efectiva. Sin embargo existen temas pendientes, en especial por parte de las pymes. Entre ellos, “la digitalización, que permite dar respuestas más dinámicas y adecuarse a las necesidades de sus clientes”. A nivel estatal, el llamado es a “potenciar el uso de herramientas digitales para el tránsito de la información, disminuyendo el uso de papel”.
En esta línea, la migración a un sistema de comercio electrónico (o e-commerce) generará una apertura a mercados poco explorados por las empresas, interviniendo de paso en la cadena de suministros.
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