Jorge Rodríguez y Carolina Pérez, director y coordinadora del Diplomado en Atención Humanizada en Gestación, Nacimiento y Puerperio, analizan los procedimientos médicos para evitar dificultades en el embarazo y parto durante la pandemia por coronavirus.
El Diplomado en Atención Humanizada en Gestación, Nacimiento y Puerperio se imparte desde 2019 en la USS.
“La pandemia por Covid-19 no puede dejar indiferente a uno de los momentos cruciales de nuestro desarrollo, como lo es la gestación, el nacimiento y el puerperio. La atención empática, cariñosa, que incluya al entorno de la mujer y basada en evidencia científica, clave en el proceso completo, es lo que nos convoca en nuestro diplomado”.
“Mientras existan brechas importantes en la formación y en la actualización de conocimientos, será nuestro deber como profesionales responsables la formación continua, que nos entregue las herramientas apropiadas fundamentales para ser partícipes de la experiencia de parto positiva en la mujer, la que no debe estar ausente en una gestante contagiada”.
“Actualmente existe mucha información errónea que provoca miedo e incertidumbre, generando que las personas compartan datos de fuentes no confiables, por lo mismo no fidedignos. Esto contribuye al caos ya existente por la situación actual, donde poco o nada se habla de las gestantes, de su entorno y de la preocupación para que esta pandemia no afecte el desarrollo de su embarazo”.
“Lo principal, es aclarar puntos importantes con respecto al traspaso del virus al feto en gestación y al recién nacido durante la lactancia. Al igual que con otros coronavirus que ya han atacado a la humanidad en el pasado (SARS, MERS), se ha demostrado que el virus no está presente en el líquido amniótico, en muestras de sangre del cordón umbilical, en muestras faríngeas de recién nacidos ni en la leche materna. Por lo tanto, se puede deducir que no existe riesgo de contagio vertical de la madre al hijo durante el embarazo, parto o leche materna”.
“No hay necesidad de interrumpir el embarazo por ninguna vía -inducción o cesárea de urgencia- en una mujer que curse con la enfermedad sin compromiso de su estado respiratorio grave. Si se confirma como positivo, se derivará a la unidad de control de alto riesgo obstétrico, la cual evaluará la necesidad de hospitalización o manejo domiciliario según el compromiso respiratorio de la gestante”.
“El parto puede ser por vía vaginal, si las condiciones maternas y obstétricas lo permiten y el control obstétrico durante el trabajo de parto no difiere del habitual, excepto algunas recomendaciones como son: monitorización fetal continua, habitación individual -dentro de lo posible-, y manejo acotado por parte del equipo de salud para evitar la diseminación. Como personal sanitario presente en este momento, es nuestro deber propiciar el acompañamiento de la gestante en trabajo de parto, con las limitaciones propias de nuestro servicio y la restricción del número de visitas”.
“Una vez ocurrido el nacimiento en una madre positivo, el contacto piel a piel y la lactancia precoz se deben propiciar ya que los beneficios son muchos. Las recomendaciones serán siempre mantener uso de mascarilla y lavado de manos frecuente. Durante el puerperio en el hospital y en la casa, el contacto entre madre e hijo se debe limitar solamente a los momentos de alimentación, tomando las medidas ya mencionadas, las cuales no deberán ser suspendidas: uso de mascarilla, lavado de manos riguroso y acotar el tiempo de contacto directo. Se deberán seguir las indicaciones hasta que se acabe el período de cuarentena y aislamiento”.
“Siempre la atención debe estar basada en la evidencia científica disponible hasta el momento, y en las recomendaciones globales y locales, tomando las directrices de la OMS y del MINSAL. Manteniendo hábitos de higiene y de barrera, se logrará evitar el contagio del recién nacido sin la necesidad de separarlo de su madre, ni menos de suspender la lactancia exclusiva”.
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