“La felicidad en la persona mayor” es el nombre de la columna escrita por Nicole Chaigneau, directora del Diplomado en Estrategias para el Cuidado y Bienestar del Adulto Mayor, donde detalla sobre los pequeños detalles que pueden colaborar con bienestar de la tercera edad.
El Día Internacional de la Felicidad se celebra el 20 de marzo.
“Un antecedente que siempre ha provocado la inquietud por parte de los investigadores de la población de personas mayores de sesenta años es que, a pesar de todas las dificultades económicas y sociales que presenta este grupo etario, estos factores no coinciden con la valoración positiva que ellos tienen frente a su propio bienestar: ellos se sienten felices”.
“Asombra que a pesar de no obtener soluciones efectivas a sus necesidades por parte de la sociedad y en particular el Estado, ellos indiquen que su vida es bastante satisfactoria en términos generales. Por otra parte, a pesar de que se tiende a creer que la adultez mayor es eminentemente depresiva, las cifras de depresión en esta etapa no son mayores que las de otros grupos de edad”.
“Eso se explica tras evaluar que las personas de tercera edad tienen una alta predisposición a sentir favorable su calidad de vida a medida que sus vínculos se mantienen fortalecidos a lo largo del tiempo, privilegiando la existencia de personas significativas a su alrededor como el factor que más bienestar les produce”.
“También es importante entender que los adultos mayores presentan una mayor inteligencia cristalizada, que les permite aplicar los conocimientos adquiridos y las experiencias de vida, en el abordaje y solución de nuevas circunstancias. Esta característica va acompañada de un cambio en el tipo de atención y concentración, que comienza a estar más focalizada en lo esencial o en lo que les produce mayor interés, dedicando más energía mental a aspectos más puntuales, restando importancia a lo que no les afecta directamente o que no tiene mayor sentido para ellos”.
“Posiblemente la sabiduría sea uno de los rasgos más interesantes de las virtudes, característica que muchos mayores desarrollan las últimas décadas de su vida, y que en lo central obedece a la creencia de que la vida transcurre de manera tan rápida e impredecible, que lo mejor que se puede hacer es vivirla con intensidad y con los afectos de personas significativas cerca de ellos”.